De la sátira de los zares a la diplomacia moderna: el auge de la ficción histórica en televisión

Durante años, Downton Abbey se erigió como el estandarte del gusto exquisito en las producciones de época. Con una escenografía impecable y unos personajes que respiraban la rigidez de la élite británica de principios del siglo XX, la serie logró un retrato fiel de las normas y circunstancias de aquel tiempo. Sin embargo, el panorama televisivo comenzó a virar en 2020 con la llegada de Los Bridgerton. Esta producción de Netflix, envuelta en un romance dulzón y con aires de Gossip Girl, demostró que el rigor histórico no es el único camino hacia el éxito de audiencia. Aunque sus tramas no parecían aportar grandes novedades narrativas, la serie arriesgó en el casting, introduciendo actores racializados en la alta sociedad londinense y modernizando la banda sonora con versiones clásicas del pop actual. Fue un movimiento controvertido para los puristas, pero refrescante para el gran público.

‘The Great’: cuando la historia es solo una sugerencia

En esta corriente de renovación, The Great decidió romper la baraja por completo. Disponible en Starzplay, esta ficción escrita por Tony McNamara y Matt Shakman se desentiende deliberadamente de la exactitud histórica, presentándose bajo la premisa de narrar hechos “ocasionalmente reales”. El propio póster promocional, con Catalina la Grande haciendo una peineta, ya advertía de que no estábamos ante un documental.

Elle Fanning brilla en la piel de la emperatriz rusa, acompañada por un Nicholas Hoult que encarna a un Pedro III exasperante, engreído y deliciosamente petulante. Lejos de la solemnidad habitual, la serie nos sumerge en una corte donde los personajes son sarcásticos, inmorales y a menudo brutales. Es un escenario donde los sirvientes se usan como dianas y el grito de “¡vete a la mierda!” resuena con asombrosa frecuencia. Catalina, que llega a la corte en 1744 como una joven ingenua pero brillante, debe sobrevivir a un marido que la ignora y a un entorno libertino cerrado en sus tradiciones. Junto a su sirvienta Marial, su amante Leo y el consejero Orlov, teje una conspiración entre fiestas, sexo y traiciones, una trama que se ha extendido a una segunda temporada con la incorporación de Gillian Anderson como la madre de la zarina.

Un giro hacia el realismo político con ‘United’

Mientras la sátira domina una parte del espectro televisivo, Hollywood prepara el terreno para abordar la historia reciente desde una perspectiva mucho más sobria y comprometida. Kevin Costner y Leonardo DiCaprio, dos pesos pesados de la industria, han unido fuerzas para producir United, una serie dramática actualmente en desarrollo que cuenta con la colaboración de las Naciones Unidas. El proyecto se aleja de los salones de baile para centrarse en la misión de la ONU en Timor Oriental en 1999, explorando el sacrificio y el coraje del personal humanitario.

Costner, quien ya tiene experiencia encarnando figuras históricas como Eliot Ness o el fiscal Jim Garrison en JFK, se encuentra en negociaciones para interpretar al expresidente estadounidense Bill Clinton. Por su parte, Chukwudi Iwuji (Peacemaker, Guardianes de la Galaxia Vol. 3) se perfila como el encargado de dar vida al secretario general de la ONU, Kofi Annan. La serie, escrita y dirigida por David Raymond, nace de una larga colaboración con la iniciativa de divulgación creativa de la ONU, buscando desenterrar historias reales que subrayen la humanidad compartida.

El conflicto de Timor Oriental como telón de fondo

La trama de United promete adentrarse en un capítulo complejo de la geopolítica moderna. Timor Oriental, antigua colonia portuguesa, fue anexionada por Indonesia en 1975 tras una breve declaración de independencia, una invasión que contó en su momento con el respaldo de la administración Ford. Tras décadas de represión militar y hambrunas, la debilidad política de Indonesia a finales de los noventa abrió la puerta a un referéndum de independencia.

La ONU estableció la misión UNAMET para supervisar la votación. A pesar de la intimidación de las milicias pro-indonesias, la población acudió en masa a las urnas, votando abrumadoramente a favor de la independencia. La respuesta fue una campaña de tierra quemada por parte de las milicias que destruyó infraestructuras y costó la vida a, al menos, 1.400 personas. Fue necesaria la intervención de una fuerza internacional liderada por Australia para restaurar el orden y guiar al territorio hacia su soberanía plena en 2002. En este contexto, la administración de Clinton jugó un papel crucial en la desescalada del conflicto, coordinándose con líderes internacionales para gestionar la crisis, un aspecto que la serie pretende dramatizar con rigor.

Este proyecto reafirma el interés de Appian Way, la productora de DiCaprio, por temáticas con trasfondo humanitario y social, sumándose a títulos recientes como Los asesinos de la luna. Mientras tanto, Costner continúa expandiendo su presencia en el género, compaginando este proyecto con su épica western Horizon: An American Saga y el éxito fenomenal de Yellowstone.